
El aceite de mango tiene un efecto antiinflamatorio, regenerador y acelera el proceso de curación. Las proteínas de seda promueven la renovación celular, protegen contra la pérdida de humedad, nutren, suavizan la piel, mejoran el tono de la piel y eliminan la irritación. Instantáneamente se absorbe profundamente en la epidermis, haciendo que la piel sea mucho más elástica sin dejar un brillo grasoso o pegajoso. Hidrata intensamente la piel, aportándole una suavidad inigualable y un confort absoluto. Visiblemente refresca, rejuvenece y suaviza la piel, alisa y aclara la pigmentación de la piel, elimina la sequedad y la descamación,